Hola gourmet.

ya tienes tu trufa negra ibérica y quieres conservar su aroma y cualidades el mayor tiempo posible. Pues bien, este post es para ti. Te vamos a dar unos consejos para conservar tu trufa en las mejores condiciones posibles para que puedas prolongar el placer que supone paladearla cada vez.

Como cualquier verdura u hongo, una trufa tiene una vida útil bastante corta: solo conservará sus cualidades de sabor durante unos diez días. No debe conservarse más. Durante ese periodo puedes almacenarla de una de las siguientes formas:

Nevera: en un recipiente hermético (a nosotros nos gusta hacerlo en botes de cristal), envuelto individualmente en una hoja de papel absorbente (que debe cambiarse si se humedece demasiado) o cubierto de arroz (este es nuestro agente higroscópico favorito). El arroz se perfuma y se puede utilizar para hacer un risotto de trufa.

Si quieres usar la trufa en un plato de huevos, un consejo es colocar la trufa y los huevos en un recipiente hermético uno o dos días antes de cocinar el plato, para que los huevos adquieran el aroma de la trufa. De esta forma, la fragancia de trufa en un plato como una tortilla de trufas será aún más fuerte cuando vengas a comerla.

Congelador: en un frasco o en una bolsa; esta es la solución más sencilla para conservarlo durante períodos más prolongados (1 año como máximo). Pero has de considerar que algunas cualidades de tu melanosporum se verán alteradas, su textura será más esponjosa y parte de los aromas se perderán. Al descongelar una trufa sólo puede ser utilizada para hacer tortilla, salsa u otros platos que incluyan trufa, pero no en fresco o rallada sobre la comida.

Mantequilla. Aún recuerdo cómo conservé la primera trufa que compré, y fue siguiendo el consejo de la truficultora que me la vendió. Compré una mantequilla de buena calidad, 250 grs, y rallé la trufa, 40 grs. Derretí la mantequilla al baño maría y agregué la trufa. Mientras seguía líquida la puse en un bote y la guardé en la nevera cuando se enfrió. Pude disfrutar de aquel manjar durante varios meses. Evidentemente no la pude utilizar en fresco, pero sí sobre carnes, como grasa para freír huevos o tortillas y sobre el pan. 

Otro consejo es hacer mantequilla de trufa y congelarla.